http://www.thenation.com/bletters/20100322/hari
Quiero agradecer al Sr. Hari por su análisis critico de las grandes ONGs ambientalistas (ENGOs por sus siglas en ingles), algo que nosotros de comunidades de base aqui en los EE.UU. ya supimos desde los años 60.
En la década de los 1980, éstas BENGOs, conocidas como “Big Green” (e.g.http://www.sourcewatch.org/index.php?title=Big_Green), se pusieron de acuerdo abandonar el movimiento social y las comunidades que les habían empujado hacia el poder político (Robert Gottlieb, “Forcing the Spring”).
Quisiera notar que el movimiento de las BENGOs en los EE.UU. tiene una larga historia de no seguir los valores fundamentales del movimiento que les dió luz. Son aquellos valores – de que todavía existe el querer y deber de proteger a lo sagrado, fuera de su habilidad para enriquecer a algún rico – que llaman la atención de los muchos estudiantes que pasan por mis clases en estudios ambientales y estudios étnicos, en California, y el noroeste del país. También se ve que la membresía de estas organizaciones se disminuye cada año, por las mismas razones.
En 1991, organizaciones del movimiento para la justicia ambiental, viniendo de comunidades de minorías de bajo ingreso, hicieron su propia crítica del las BENGOs, por no representar a los intereses ni participar o apoyar las luchas para mejorar el medio ambiente de dichas comunidades, y hasta a veces empeorando la situación de estas comunidades mas vulnerables a los efectos de la contaminación ambiental. En las comunidades rurales eran cuestiones de las minas, el carbón, el agua, los bosques, la agricultura y las pesticidas, en las comunidades urbanas, la contaminación del aire, el transito y el transporte público, la asma y el desalojamiento de las comunidades trabajadores. Aunque las oficinas locales de muchas de las organizaciones BENGOs sí apoyaban a las luchas de dichas comunidades, el momento en que el conflicto llegaba a un nivel mas amplio, llegaban las oficinas nacionales a silenciar los análisis y acciones.
Cuando aparecieron las publicaciones el “Muerto” y “El Alma del Movimiento para la Protección del Medio Ambiente” en los 2000, algunas de las “Big Greens” habían ya empezado programas para la justicia ambiental, pero sin apoyar al liderazgo de las mismas comunidades u organizaciones que existían antes. Para nosotros, esto se conoce como una falta de respeto a sus antepasados, a l@s que te hicieron existir. Estos debates – y la gente que les encende – muestran en plena luz que el alma del movimiento ambientalista se ubica precisamente en las organizaciones y comunidades de base.
¿Donde, entonces, se encuentra el liderazgo moral, intelectual, político, del movimiento ambientalista, si no está dentro de las “Big Greens”? El creciente movimiento para la justicia climática en los EE.UU. empieza desde la base de comunidades que existen bajo los impactos diarios de las industrias contaminantes que han causado la mayor parte del daño. Para las comunidades en estas zonas fronterizas entre vecindarios contaminados y vecindarios limpios y sanos, la comercialización de la contaminación profundizará la incidencia de asociadas enfermedades y muertes.
Las comunidades y organizaciones del movimiento para la justicia climática saben que las únicas soluciones viables, saludables y sustentables al cambio climático rechazan a las falsas soluciones ofrecidos por los mecanismos del libre comercio. Las mismas comunidades tambien saben que la salud humana, la salud ambiental y la sostenibilidad comunitaria en las áreas más impactadas tiene que empezar con reducciones severas en las emisiones de gases de efecto inveradero, y su reemplazamiento con alternativas qye ya existen. Las comunidades ya han estado abogando por estas soluciones, al nivel internacional tanto al nivel nacional y local. Hacia el futuro, debemos apoyar al liderazgo de estas diversas comunidades y organizaciones – de américa indígena, de Richmond, CA, del Bronx, Brooklyn y Harlem, NY, y muchas otras lugares.
No comments:
Post a Comment